La sodomía, protagonista de tantos tabúes, se practica en parejas heterosexuales y homosexuales. Es una de las prácticas que más fantasías despierta en el hombre, independientemente de su orientación sexual. Se trata de un juego que brinda sensaciones sexuales intensas, poniendo a prueba la confianza en la pareja. Una de las mejores posturas para sexo anal es con el hombre detrás o en postura de cuchara.
La lubricación es imprescindible para una sodomía satisfactoria. Como el ano no lubrica por sí mismo, se necesita una buena dosis de lubricante. Un consejo para primerizos es tumbarse de lado y pedir a la pareja que se ponga enfrente, lo que le permite ver las reacciones. Después, podrán introducirse uno o dos dedos que permitan acostumbrarse a la sensación.
El sexo anal se inicia con penetraciones de la cabeza del pene, permitiendo que la mujer se relaje. Después, él meterá y sacará el pene suavemente e ira aumentado el ritmo y la profundidad la sodomía al gusto de ambos.
Una nota importante: después del sexo anal no debe practicarse sexo vaginal con el mismo preservativo o sin lavar el pene, ya que las bacterias existentes en el ano pueden ocasionar infecciones.
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